Gestalt es una palabra del idioma alemán que no tiene una traducción literal al español, pero que es interpretada como “poner en forma, dar una estructura significante”. Este término fue aplicado por primera vez en los estudios de la percepción del mundo que nos rodea. De dichos estudios nacen principios generales que posteriormente fueron aplicados en la educación, el diseño, la arquitectura y la psicoterapia.

La terapia Gestalt, surgió en los Estados Unidos en 1951, formulada por Frederick Perls y Laura Perls. Como terapia, la Gestalt tiene una orientación holística, ya que se apega a una concepción integral de la salud, buscando el desarrollo del bienestar armonioso, y no sólo busca la cura o “reparación” de algún problema o “anormalidad”.

La Gestalt tiene como fin el desarrollo personal, la apertura del potencial humano y una mejor calidad de vida. Actualmente, la Gestalt es practicada en varios contextos y con objetos diversos: psicoterapia individual; terapia de pareja, de familia y de grupo; y en el ámbito de la educación y la empresa.

La Gestalt, más allá de una simple psicoterapia, es una verdadera filosofía existencial, un “arte de vivir”, una manera particular de concebir las relaciones del ser vivo con el mundo. El gran aporte de F. Perls y sus colaboradores, fue crear una síntesis coherente de diversas corrientes filosóficas, metodológicas y terapéuticas europeas, americanas y orientales, constituyendo así una nueva “Gestalt “, en la cual “el todo es diferente a la suma de sus partes”, en énfasis en la toma de conciencia de la experiencia actual (el aquí y ahora) y en la rehabilitación del sentimiento emocional y corporal.

La Gestalt integra y combina, de forma original, un conjunto de técnicas diversas, verbales y no verbales, como el “despertar sensorial “, el trabajo de la energía la respiración, el cuerpo o la voz, la expresión de la emoción, el trabajo a partir de los sueños, la creatividad (diseño, modelado, música, danza).

La psicoterapia Gestalt

No se trata de comprender, analizar o interpretar los acontecimientos, comportamientos o sentimientos, sino de favorecer la toma de conciencia global de nuestros procesos personales (ajustamiento creativo al medio ambiente; integración de la experiencia presente, de nuestras evasiones, mecanismos de defensa o resistencia).

Se trata de una actitud básica diferente al psicoanálisis y el conductismo, que constituye una tercera vía original: comprender y aprender, pero sobre todo experienciar, con el fin de ampliar al máximo nuestros campos de vivencias y nuestra libertad de elección, lejos del determinismo alienante del pasado y del medio, y cerca del encuentro con una playa de libertad y responsabilidad.