El paradigma humanista de la educación parte de dos premisas básicas, primero que lo que está en centro del fin educativo es formación de la persona, vista desde su integralidad, el desarrollo de su bienestar y dignidad como ser humano. La educación debe tener a su cargo formar personas felices, realizadas y con una serie de recursos para -interactuar y resolver problemas de vida, estos recursos deben llevar a generarle un “estilo de vida buena”.

Y el segundo elemento, es que, si la formación está centrada la persona, los recursos personales del propio maestro se convierten en las estrategias e instrumentos centrales con los que propiciará una relación efectiva con sus alumnos. Se apuesta que el acto educativo es un encuentro personal entre el docente y el alumno, y que dicho encuentro se hace significativo en la medida que el docente es capaz de contactar, empatizar con su alumno, en otras palabras, de usar su persona para establecer este vínculo.

Las habilidades socioemocionales se encuentran dentro de los recursos personales que en general los seres humanos utilizamos para percibir y actuar sobre el entorno, y sobre todo para relacionarnos y tomar decisiones sobre el trayecto de nuestra vida. He ahí la importancia que en este momento adquiere, su desarrollo para los procesos educativos.

En este sentido, partimos de la idea central que un docente, se vuelve mejor docente, en la medida que es mejor persona, y que cuenta con amplios recursos para relacionarse con la diversidad de singularidades que sus alumnos representan.

Mtra. Luisa Susana Heredia Domínguez

Jefa del depto. Académico