Es una realidad que los esfuerzos que se están empleando tanto a nivel nacional como internacional para la atención y tratamiento de las adicciones no han tenido los resultados y el éxito esperado; aún no se logra un nivel de efectividad y/o eficacia en el tratamiento, donde exista un mayor porcentaje de pacientes recuperados.
Los enfoques de tratamiento deben ser diseñados para tratar los patrones de consumo de drogas de cada paciente y sus problemas psicológicos, médicos, psiquiátricos, familiares y sociales, específicos. En este sentido, es una necesidad imperiosa profesionalizar e intensificar los servicios, esto es, capacitar de forma constante y permanente al personal médico, psiquiatras, terapeutas, autoridades, clérigos, entre otras. Así, el especialista o consejero en adicciones estaría en condiciones de intervenir de una manera integral y especializada, una problemática biopsicosocial y espiritual como es la enfermedad de la adicción.